jueves, 31 de diciembre de 2009

Tradición, disyuntiva y brindis

-Espere que sigo –dijo la Cameron- “El vino es de Salta, me reveló él, llenando las copas. Y teniendo su mano sobre las fuentes como para bendecirlas, enumeró así: aceitunas de Cuyo, nueces de La Rioja, salamines de Tandil, quesos de Chubut, maníes de Corrientes, almejas de Mar del Plata, cholgas de Tierra del Fuego. Un mapa gastronómico de la República?, le dije yo entre humorístico y desconcertado. Eso es, repuso Megafón. Conozco estas frutas y conozco el ademán y la cara de los hombres que las cosecharon. Necesito agarrarme a estas frutas y aquellos hombres para saber que todavía estamos en un país real. El tono con que dejó caer esas palabras no revestía dramatismo alguno”– finalizó leyendo de corrido.

-Se dan cuenta? –preguntó Dufin-. Marechal realiza una enumeración selectiva de lo tradicional. Por qué no están las alcaparras de Wikigasta o el jamón crudo de Colonia Caroya?.

-Todo lo tradicional es selectivo–dijo Armando-. E idealizado. Según esta ideología el campo es el país real, la continuidad de Hesíodo. Pero no todo el campo, una parte nomás; la otra parte se descarta.

-Sobre la tradición habla y escribe gente fashion de la ciudad –dijo la Cameron- para otros miembros de la misma sociedad urbana. Se identifican con esta imagen por contraste: el hombre sencillo rural, honesto, legítimo y tradicional. Los alimentos sanos, el aire limpio y el agua clara. Los animales mansos al servicio de lo urbano.

-La tradición rural murió –dije-. O nunca existió. Es esencial reconocerlo.

-Este discurso agrarista expresa el deseo de volver a una sociedad feudal –dijo la Cameron-. Por eso, Dufin, no se preocupe si en “Megafón” no aparecen las alcaparras de Wikigasta. Acá no defendemos el orden antiguo de las cosas.

-Ni tampoco el actual –dijo Armando-. Hay que tener cuidado, porque podemos caer en la trampa de la disyuntiva.

-Buenas tardes –saludó Mr. Runey haciendo su clásico gesto desde la ventana del SUM- Ninguna disyuntiva es una trampa –dijo sonriendo- a lo sumo implica tomar decisiones con información imperfecta. Pero hoy dejemos de lado todo esto, miren lo que traje para brindar por el 2010-. Se hizo silencio. Nosotros, como los tradicionalistas, también éramos selectivos. Pero ahí nomás preparamos las copas. A veces, hasta con Mr. Runey podíamos encontrar un canal de resonancia.

martes, 29 de diciembre de 2009

Grabaciones encontradas (ii)

Guitarra y baile en el Club Social de Wikigasta: el chaqueño Oscar Alemán, Bettie Pagie y demás, circa 1953.

Lo hice muchas veces

- Largamos con el mate? –preguntó Armando cortando dos porciones de pastaflora.

- Le sigo contando. Estaba en el patio del hotel a la sombra de una sombrilla –dijo Dufin sin responder-. Luego de leer el relato cerré el libro y los ojos. Me gustan las historias con mensaje, los cuentos para pensar. Esa era una historia que narraba cómo un padre incentivó a su hijo al vuelo. “Todos tenemos alas" - le dijo- "pero no lo sabemos o no nos animamos a usarlas. Hijo mío, para volar hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen”. El muchacho no quiso arriesgarse, saltó apenas desde la copa de un árbol y se hizo un chichón en la cabeza. Qué bella parábola sobre la libertad que hay que permitirse para intentar volar –remató.

- Ahora si acepta un mate? –preguntó Armando.

- Mientras respiraba satisfecho, porque después de leer a Bucay siempre me siento mejor, escuché el zumbido seco –relató Dufin entusiasmado-. Un zumbido. Duró tres o cuatro segundos y luego fue el golpe al lado mío. Era una caja de madera, de esas que se usan para poner discos compactos. Cidis. Rebotó convertida en pedazos y una parte golpeó contra las patas de la mesa donde tenía la botella de Fanta. Me pegué un julepe bárbaro. Corrí hacia la pared y recién ahí levanté la vista. El ángulo no me favorecía, el edificio era muy alto y yo estaba en el patio interior.

-Le tiraron la caja? –preguntó Armando mientras se sacaba una miga de pastaflora del bigote y miraba la magnolia en flor- Algún alcaparrero de Wikigasta falto de agua, je!.

-No, espere, deje que siga –dijo Dufin-. Un tipo se asomaba en la terraza del hotel, nueve pisos más arriba. Le grité que tenga cuidado, pero dudo que me haya escuchado. Después tiró una pelota inflable, de esas que se usan en la playa. No sé porque pensé que a continuación vendría él. No me equivoque. Se paró en la baranda de la terraza y saltó. Todas las caídas al vacío que vi en películas yanquis me enseñaron que un cuerpo humano se desplaza lentamente por el aire desde un noveno piso. Tal vez la mayoría de las tomas se hacen desde ángulos que psicológicamente sirven para ganar tiempo y así el director puede jugar con el morbo del público. Con la avidez de sangre.

-El tipo se tiró? –preguntó Armando un poco más interesado.

-Si, como le digo. El cuerpo cayó a una velocidad formidable, las piernas venían un poco dobladas, como preparándose para la hazaña imposible de amortiguar el golpe. Llegó en pocos segundos frente a mí. Y cuando estuvo ahí, justo ahí, delante de mí, disminuyó su urgencia por estrellarse. Lo pude ver con todo detalle. Era un hombre de estructura somera. Tenía puesta una malla roja. En ese momento, borrosamente congelado como el resultado de una foto corrida, creo que me miró. Lo reconocí de inmediato, estuve en el recital que dio unos días atrás en la cancha de bádminton. Estiré los brazos, tratando de detenerlo. El movimiento rompió algún equilibrio impostado, porque el cuerpo continuó la caída hacia el choque inapelable.

- Pe-pero… -balbuceó Armando- No me diga que…

- Si –dijo Dufin-. Primero golpearon contra la superficie sus piernas. Después desaparecieron de mi vista la cadera y el tórax, absorbidos por la superficie voraz. Y finalmente, la cabeza. Corrí hasta el lugar, pero no pude hacer nada por él. Esta vez el tiempo se comportó distinto. Pasaron horas. Solo percibí el silencio de lo irreparable. Finalmente, como no pudiendo tolerar mi impaciencia, vi su cara. Me miró y su sonrisa se confundió con la efervescencia de burbujas de agua que brotaban con él. Le faltaban dientes. Dio unas pocas brazadas y se sentó en el borde de la pileta, sin parar de sonreír. Corrí hasta la recepción del hotel y pedí una cámara fotográfica. No podía dejar pasar esta oportunidad de sacarme una foto junto a Charly. Mire, acá la tengo, en el hotel de Nueva California. Me convida otra pastaflora?



(Perdón, perdón, me saqué las ganas. Tenía que escribir algo sobre Charly...)

sábado, 26 de diciembre de 2009

Captura imposible

"Quiero narrar lo que está ahí; pero mi descripción es otra cosa, no es eso. Mucho de lo que describo lo pongo con justeza en esta representación, pero adivino que hay algo distinto que no puedo captar con mis sentidos, ni absorber con mis emociones ni atar con mis palabras. Ellos, los wikigasteños, me relatan parte de una naturaleza imposible, impresiones de un mundo original al que no puedo acceder. Solo percibo referencias que me resultan familiares. Veo mis paisajes, mis pasiones, mis pesadillas, mis matices, mis olores, mis deseos, mis resonancias, mis símbolos. Mi captura es eso o su falta. El límite está en el margen de lo que soy."

Chikhachev, Notas de viaje.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Navidad sin Masha

"Reconozco que la vida campestre en Wikigasta no tiene nada de ideal de eso que cantan los poetas del Zar. Imagino a Andrey nutriéndose de las miserias que veo, seguramente le servirían de elemento compensatorio para matizar sus bonitos ejercicios imaginarios sobre el deleite rural en la comuna rusa. Hoy podría celebrar los rebaños, pero solo veo animales flacos. Podría celebrar la miel, pero está demasiado amarga. Podría celebrar los frutos, pero están quemados por el sol. Podría celebrar el agua límpida de los canales de riego, pero su cauce viene casi seco. Tampoco hay colores. Porque hoy soy avaro con la palabra y no hay momento culminante que lo evite. Hoy no hay cuerda idílica o si hay suena en otro lugar".

Chikhachev, Notas de viaje.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Ciclo Cultura para Todos. Degustación de vinos (iii)

La reacción de la Cameron generó una serie de murmullos de aprobación. Para tratar de evitar el abismo que amenzaba, Mr. Runey tomó el micrófono y comenzó a hablar.

-Estimados, mientras nuestro visitante prepara los elementos para la próxima lección, vamos a invitar a nuestro amigo, Armando, para que pase y nos deleite con algunos acordes con la guitarra.

-Les voy a hacer una milonga -dijo Armando cuando se sentó frente al micrófono- "Catarsis a troche y moche" la he titulado. Se la dedico a la Cameron. Comienza así:

Profundamente deploro Filip
Que el vino escupa en una jarra,
De sinrazones mi cuota la cubren
Los llorones de la alcaparra.

Siguiendo con la catarsis que desarrollo
En esta milonga desatenta,
Sepan que me cago en las catas de vino
Y en todo pituco que las alienta.

También maldigo a los opulentos
De naturaleza inhumana,
Como esos que mandan sicarios
A robar piedras que no sirven p´nada.

Le hago un corte de manga
A los autoritarios de por acá,
A los políticos mentirosos
Y a los que no dejan de afaná.

A los de la farándula vernácula
Y a los noticieros que nos mienten,
A los economistas mediáticos
Y a todos los que los defienden.

Y ya que estamos escupo
La cara de los explotadores,
Esos que hacen laburar niños
Y en negro tienen trabajadores.

Convoco a los bien nacidos
A esta catarsis experimentar,
No arregla nada del mundo
Pero ayuda la bronca a calmar.

Una especie de chan-chan indicó que la milonga había terminado. La degustación también.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Notas de viaje. Los zahoríes

Observo desde un costado. Hay hombres con sombrero que miran para otro lado. A su paso los monjes los despiden llorando. Mientras se recuerda el asombro de cuando brincaban de acá a allá. El asombro parecido al de las lluvias que yo amé. Parecido al de las gotitas de agua que salen como volatineros del pozo que ellos revelaron. Parecido al de las rosas rojas regadas con el agua de ese pozo. Parecido al del arte sagrado que revela ese agua en el desierto. Junto con la sangre y el fuego necesitaban el agua. Para bautizar con el Espíritu Santo necesitaban el agua (porque el que no renace del agua no entrará al Reino de Dios). Para creer en el manantial que fecunda necesitaban el agua. Para que sus almas no sigan sucias necesitaban el agua. Para profesar que de su costado brotó agua y sangre necesitaban agua. En Wikigasta no cae rocío. Cada quien con su circo.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Cartas a Masha

Wikigasta, primavera de 1842

Amada Masha,

Disculpa que no te he escrito hasta ahora. Debido a lo precipitado de mis viajes entre un sitio y otro, a la sugestión que me provoca el universo que voy conociendo y a la seducción que cultiva la gente de estas tierras sobre mi persona, no había encontrado hasta hoy un momento para contarte lo que voy conociendo y cuánto te extraño. Estoy en Wikigasta, un caserío de barro en medio de un desierto al este de los Andes. Las viviendas son todas iguales: pequeñas, rectangulares y una puerta al frente. Las pintan de blanco y, como no se conoce el vidrio, las ventanas son agujeros por los cuales uno puede curiosear el interior. Por la mañana, alguna gente anda por el lugar, pero luego del mediodía todo el mundo se retira a almorzar y dormir siesta durante toda la tarde. Las calles quedan más desiertas que el desierto y yo aprovecho para salir a deambular por los alrededores. Al caer las primeras horas de la noche, hombres y mujeres se reúnen bajo los plátanos de la plaza a tomar helado. El calor es temible y esta forma de vida parece ser la mejor para resistir la aspereza de los elementos naturales que la Gracia de Dios le dio a este rincón del mundo.

Me gusta el comportamiento de los habitantes de Wikigasta. Ellos sonríen todo el tiempo y los tiene bastante desconcertado mi máscara de seriedad. A causa de esto, siempre me preguntan si me pasa algo, si tengo alguna pena o si me duele el estómago, a lo cual, indefectiblemente, debo responder no una y mil veces. Más allá de esta cordialidad, creo percibir algo inapelablemente irracional que tiene que ver con el movimiento o con el no movimiento de las cosas. Una mañana me senté a la sombra de un árbol a observar el panorama del pueblo en la calle principal y tuve la sensación de que la escena se había congelado, que nadie se movía, ni los perros. Es difícil de explicar, en otra carta trataré de hacerlo con mayor precisión. En otra ocasión también debo hablarte sobre el zarandeo que me provoca el desierto. Es un abismo que me atrae y me repele. Pero la fascinación demente que siento ante él no se puede resistir.

Pero no te preocupes, mi misión sigue adelante. Para no levantar sospechas, sigo tomando notas sobre la naturaleza como si fuese lo único que me interesase. He tratado de no hablar sobre el origen del metal de algunos elementos de oro y plata que llevan los guías que me acompañan (les llaman gauchos, ya te contaré algo sobre estos curiosos personajes). Gracias a Dios, la locuacidad de esta gente me permitió conocer la ubicación más o menos precisa de varias minas de oro, por lo que pronto comenzaré a hacer las evaluaciones para saber qué ley tienen. Aquí nadie parece preocupado por el tema ni por cualquier otro que tenga que ver con el devenir de las cosas.

Lejos están nuestros paseos en bote por el lago. Lejos están nuestras largas conversaciones sobre los amigos y enemigos del Zar. Demasiado lejos está todo aquello.

Te extraña,
Platon Chikhachev

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Ciclo Cultura para Todos. Degustación de vinos (ii)

-Ahora necesito un voluntario –dijo Filip- A ver…, a ver… Vos. Si, si, vos. Acercate.

-No parece muy voluntaria mi participación –dijo la Cameron mientras se levantaba de la silla.

-Tomá la copa del pie, pero no toques el cáliz –le dijo-. Es fun-da-men-tal que no le transmitas el calor corporal al vino, por eso la degustación se hace con una copa y no con un vaso. Con una copa de cristal, claro -dijo mirando hacia algún lugar no determinado del SUM mientras se escuchaba el “ting” que hizo la copa ante el golpe que le dio con un lápiz-. El cristal mejora la apreciación visual. El vidrio no se recomienda. El plástico, una herejía.

-Tiene gusto a madera podrida –dijo la Cameron.

-No tenías que degustar todavía, yo doy las instrucciones –murmuró Filip a su oído con cara de pocos amigos.

-Estoy sedienta –dijo la Cameron.

-Bueno, esteee…, –levantó la voz Filip- este percance, fruto de la ignorancia y no de la mala educación de la dama, nos sirve para entender cómo proceden los individuos que no entienden nada del arte de la degustación de esta noble bebida. Antes de beber, hay que apreciar el vino con la mirada –dijo apuntando sus ojos con dos dedos en V- y con la nariz.

La Cameron se puso de pie y volvió a su silla. La audiencia comenzaba a ponerse nerviosa. Tantas vueltas para tomar un trago de vino?

martes, 8 de diciembre de 2009

Docta ignorantia

-Muchas veces nos figuramos al aislamiento de Wikigasta como una fortaleza, –dijo Armando- como una no dependencia al apego con el vecino dada por la separatividad. Como el Zonda sobre la piedra, creíamos que los valores tradicionales vigorizan lo que permanece, lo liman y lo pulen. Por efecto de la mejor barrera geográfica, esto es, el desierto, nos manteníamos alejados de lo que podría desfigurarnos. Tal vez no éramos doctos, pero si aptos en nuestro retiro. Esto nos hacía un pueblo orgulloso, aunque no sabíamos muy bien por qué. Como sujetos cognoscentes creíamos que sabíamos todo de todo lo esencial. Y que todo lo que no conocíamos no valía la pena conocerlo, por su misma insignificancia. Pero un día, por intermedio de un rayo de luz, nos dimos que cuenta que esta totalidad sublime que creíamos poseer tenía fisuras, fallas en las que abrevaba nuestro analfabetismo. Que solo conocíamos nuestras proyecciones y que ellas eran un tanto tacañas. Y vino el cisma. Las reuniones en el SUM tuvieron como objetivo reenfocar nuestro punto de vista y abandonar el ascetismo de la mirada. Sin desechar la genealogía, entender que lo real es un caos al cual, como a las vacas, no podemos ponerle clausuras.

-Así es, así es… –dijo Dufin-. Porque gracias al blog que nos amadrina nos dimos cuenta que vivíamos en la ignorancia. Que los bárbaros no eran los otros. Y estaremos eternamente agradecidos con Mariel.

-Se dan cuenta? Ni siquiera conocíamos la existencia de Kylie Minogue –dijo Armando- Lejos, lejos, la mujer más linda del mundo.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Ciclo Cultura para Todos. Primer encuentro

-El color púrpura intenso es lo primero que llama la atención. Si acercamos el cáliz al órgano olfativo, podremos apreciar esencias varias. Se destaca el aroma a ciruelas maduras y a violetas de los Alpes. En boca, arremeten los impulsos de la vainilla y el caramelo, contribución amable del roble francés de las barricas. Elegancia, estructura y largo final, exclusividad dominante de los productos del terroir de Nueva California –dijo Filip elevando la copa hacia la luz mientras la recorría con esa mirada incisiva de los sommelier.

Mr. Runey estaba parado a su lado y aprovechó para darle un vistazo ávido al lugar. La concurrencia desbordaba el salón del SUM. Esta era la primera jornada del “Ciclo Cultura para Todos” enmarcado en el Programa Desarrollo Sostenible Social Inclusivo con Equidad de Género promocionado por la Star Gold Inc. Se había elegido como temática inaugural la degustación de vinos, aprovechando cierta tendencia a la apreciación de bebidas espirituales que caracteriza a los wikigasteños.

Filip acercó la copa a sus labios y antes de probar el vino introdujo la nariz en el cáliz oliendo con los ojos cerrados. -Hmmm…, eminente, sublime…-susurró.

-Apreciar el color, el sabor y el aroma del vino. De eso tratará este curso –dijo Mr. Runey- Es otra iniciativa que muestra nuestro espíritu de responsabilidad social empresaria en esta comunidad.

Acto seguido, Filip apuró un trago, hizo como una especie de buche y finalmente, con altivez bien estudiada, escupió el vino en un copón de cristal que estaba sobre la mesa. Se escuchó un fuerte murmullo de sorpresa en el SUM, en Wikigasta está mal visto tirar comida o bebida.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Tareas de limpieza en un bar

Dufin se acomodó en el sillón poco convencido. Agarró una porción de pastaflora y la comió despacio, como con miedo de retomar la lectura. Sacó el señador con forma de lagartija, tomó aliento, se puso los antejos de cerca y comenzó:

"Siempre lo olvidamos, pero es necesario tener presente que limpiar bares por la madrugada no es un arte que pueda desempeñar cualquiera. Son pocos los que se animan a entrar a uno de estos lugares después que el último parroquiano se ha marchado. Los prácticos en este oficio dicen que una hora segura para comenzar la limpieza es cuando el gallo cantó dos veces, pero que nunca hay que hacerlo después de que cantó tres. Ignoro el por qué de tal precepto, aunque nunca se me ocurriría averiguarlo.

Pero hablemos de ella. Limpia bares y pertenece a una familia cuya tradición en el oficio se disuelve en las imprecisiones del tiempo. No solo sus padres y tíos limpian bares, sino que los padres de sus padres y los tíos de sus tíos lo hicieron también. Según decía su madre, todas las ramas, hojas y yemas de su genealogía estaban recorridas por la savia de limpiadores de bares. Y que sería así por siempre y para siempre. A ella no le gustaba el oficio y cada vez que podía maldecía la fatalidad que la había puesto en ese lugar. De todas maneras, cada mañana, puntualmente, comenzaba su trabajo.

Primero limpiaba los sectores más sencillos, como el mostrador. Era un lugar que le demandaba dos o tres minutos. Los visitantes permanecían poco tiempo allí y su presencia no tenía muchas posibilidades de dejar algún rastro. A veces, generalmente los jueves, se tenía que detener un tiempo extra. Ese día las colillas apagadas en el suelo decían que había estado la mujer de labios rojos. Por alguna razón que desconocía, esta mujer no iba hacia las mesas y pasaba mucho tiempo en el mostrador. El problema no eran las colillas, sino las salpicaduras verdes que dejaba en el lugar. Eran corrosivas y, si no las sacaba rápidamente con agua de lavanda, terminaban haciendo un agujero en el piso. Alguna vez su abuela, en un bar jujeño, había limpiado salpicaduras de ese tipo. Decía que las dejaba una mujer que hacía veinte años que iba en vano a esperar a su amante tahúr. Tal vez se trataba de otra mujer y de otro amante. La espera era la misma.

Luego seguía con el espejo grande que estaba detrás del mostrador. Era uno de los lugares que más trabajo le daba. En él se pegaban todas las miradas tristes de la noche. Su tarea era sacarlas para que no vuelvan a sus dueños. Las miradas en el espejo formaban una especie de capa oleosa y densa. Para despegarla era necesario el uso de la espátula de carey que le había regalado su padre. La sustancia era transparente. Ella, con un cuidado especial, la iba depositando en una cajita de plástico opaco. Más tarde tendría tiempo para disolverla con jugo de manzana y tirar el líquido por el resumidero. Con el espejo tenía que tener dos cuidados especiales. El primero era evitar que alguien se apodere de la solución con gusto a manzana. Era un veneno mortal. El segundo consistía en limpiar el espejo sin que sus ojos se posen sobre sus ojos reflejados. Su mirada podría quedar pegada, nadie sería capaz de sacarla y la perdería para siempre.

El marco del espejo tiene una particularidad. Allí crece una enredadera cuya semilla fue una lágrima de hombre abandonado por su mujer la noche de un martes de luna en cuarto menguante. Estas son de las peores. Una vez que brotan no hay forma de sacarlas. Ella se tiene que limitar a podar las hojas tiernas que crecen durante el día con una tijera de costurera. El problema es que las raíces no se pueden arrancar. Acá ya habían tomado el interior del marco del espejo y gran parte de los ladrillos de las paredes del bar. Si no se demuele a tiempo el edificio, digamos, en un par de años, las raíces llegarán al suelo e invadirán toda la tierra con radical naturalidad. Y todo terminará. ¿Pero quién se anima a decírselo al posadero?

Las sillas son de madera. Una mala elección por parte del dueño del bar. La madera, de cualquier tipo, absorbe pesadillas como una esponja. Entre la gente común y corriente los recuerdos tumultuosos son disueltos durante el sueño. Esto es una cuestión de higiene, los mantiene cuerdos o algo así. Pero los visitantes nocturnos duermen poco, acumulan pesadillas. Estas son absorbidas por la madera y, por efecto de su densidad, comienzan a descender por las patas de las sillas. La fuerza de gravedad hace su trabajo. Si llegan a alcanzar el suelo se evaporan en el aire formando un gas que hace estornudar a los parroquianos. Es así como se pierden clientes, cosa que ningún posadero quiere en estos tiempos tan difíciles. El gas es inofensivo, como las pesadillas. Pero molesto, como la materia de esos sueños. Es importante, entonces, que las sillas estén patas para arriba durante el tiempo justo. Como la arena de un reloj, las pesadillas van y vienen en su interior. Si tiene cuidado y puntualidad, no saldrán nunca de ese lugar. Y ella conservará el trabajo.

Para el final dejaba las paletas del ventilador de techo, allí crecen lianas desesperadas. No se sabe como llegan a ese lugar centrífugo, pero es conocido que se alimentan del alquitrán de humo de cigarrillo. Ella las arranca, pero vuelven a crecer. No tienen raíces, no tienen flores, no tienen semillas, son un auténtico misterio para la ciencia. Ella sostiene que sus esporas están en el ambiente y que es necesario desinfectar espolvoreando con limaduras de hierro. El dueño nunca le prestó atención. El problema no son las lianas en si, ya que nunca llegan a tocar la cabeza de quienes concurren al bar. El problema son los sueños de marineros turcos que, en cuanto pueden, se anudan las lianas al cuello y saltan al vacío. Ella después, con poco cuidado y mucho asco, tiene que descolgar sus cuerpecitos ya fríos y ponerlos en cajas de fósforos vacías para que el posadero los entregue a sus dueños.

Luego de barrer algunos pétalos de olvido, que nunca faltan, y de sacar los cotidianos abrojos de decepción que se adhieren a los manteles, regresaba a su casa. A esa hora el bar estaba casi limpio."


Dejó sobre el posabrazos el libro que le había prestado la Cameron. Bostezó con ganas y buscó el control remoto. El realismo mágico no era para él.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Vasily Kandinsky: Amarillo-Rojo-Azul

Vasily descansó el peso de los Anales Patriotas sobre la mesa. Tomó su libreta y escribió de un tirón "La armonía de los colores debe fundarse únicamente en el principio del contacto adecuado con el alma humana, es decir, en lo que llamaremos el principio de la necesidad interior". Convencido de que todos los procedimientos son sagrados si son interiormente necesarios, comenzó a pintar.


martes, 1 de diciembre de 2009

Chikhachev. Apuntes cromáticos: azul

"Dudé un poco, pero finalmente me animé a pedirle a los baqueanos que me lleven hasta algún lugar en donde pudiese ver guanacos. No es que estuviese interesado en las propiedades imaginarias de la piedra bezoar, todos sabemos de la incríble imaginación de estos pueblos indómitos. Ellos me dijeron que ahí nomas, del otro lado de los cerrillos bermellón, en una pequeña planicie de altura podríamos encontrar un buen número de estos animales. Primero, me informaron, debíamos rodear una laguna que estaba escondida hacia el oeste. Cabagamos una o dos horas, las mulas estaban intratables y yo, muy aburrido. Traté de entablar diálogo con los baqueanos, cosa que no fue posible. En uno de estos intentos, buscando que piquen el anzuelo de la charla, les dije que su tierra era muy aburrida, que solo había dos colores para admirar, el rojo y el amarillo, además del gris del polvo que volaba por todas partes. Uno de ellos, el que masticaba algo todo el tiempo, me dijo que yo estaba equivocado, que había otro color destacable por su pureza. Le pregunté cuál era y me respondió el azul. El cielo no es muy azul que digamos, le dije yo con ironía aprovechando que conversábamos, es mas bien celeste aguachento, medio descolorido. No, me dijo él, me refiero a este azul, el que tiene ahí delante de sus narices. Habíamos estado subiendo por el morro del cerrillo y el polvo ya había quedado atrás. Ahora estaba ante algo que jamás hubiese imaginado. Agua en el medio del desierto, oro azul, único absorbiendo mis retinas. Una laguna o lago pequeño, confundida con el cielo. Recién ahora me daba cuenta que este color es todo."
-Solo tres colores, solo tres colores... -repitió Vasily- Podré crear solo con tres colores?

viernes, 27 de noviembre de 2009

Chikhachev. Apuntes cromáticos: rojo.

La nevada se había prolongado demasiado tiempo. Vasily iba de una a otra pila de libros buscando pistas, señales o algo que le sirviera. Retomó la página de los Anales Patrióticos señalada con una cinta roja. “Partimos de la posta antes del amanecer. Me informaron que estábamos a cincuenta verstas de Wikigasta. Con las primeras luces del día avistamos una serie de cerrillos encadenados según la dirección del viento dominante. Mi mente repasaba la conversación que había tenido con los baqueanos la noche anterior. Ellos mencionaron un animal muy grande de carne sabrosa llamado guanaco. La descripción que hicieron de su comportamiento había desperado mi curiosidad de etólogo, por lo que con ansiedad planeaba una escapada a la montaña desde Wikigasta con el propósito de estudiarlo de cerca. Concentrado en estos pensamientos, no tomé en cuenta que habíamos comenzado a cabalgar entre los cerrillos. Unas formaciones rocosas fantásticas hicieron que mi mente retornase al lugar por el que nos desplazábamos. Rápido, mis conocimientos de geología me permitieron dictaminar que estábamos sobre una formación del Período Terciario, saturada en óxido de hierro, como de costumbre. La vegetación comenzó a desaparecer y se hicieron más evidentes las formas rocosas. Estas han sido talladas durantes siglos por el viento y las lluvias esporádicas, creando figuras de arquitectura impensada. Acá la erosión parece como un proceso estético conciente del viento. En algunos lugares la arena se desprende, generando el solaz de las dunas dinámicas. Debería haber tomado muestras de rocas y de suelo, pero me distraje apreciando el panorama vanguardista del entorno. Percibí que además de las rocas, había otra cosa que sometía mi mirada. Nuevamente, como ayer, estaba capturado por el absolutismo del color. Si, otra vez, la hipnosis del tinte. El suelo era púrpura, las rocas escarlata, las vetas de distintas capas geológicas en los cortes de la montaña iban del carmesí al bermellón y los cardones estaban cubiertos de polvo granate. En fin, la naturaleza había determinado un proceso cromático en el que todo resultado era rojo. Yo, que siempre abjuré del arte creyendo que los artistas tienen como misión engañarnos y representar mundos aparentes, empezaba a dudar si lo que veía no era resultado de la inspiración de un virtuoso”.

Vasily tosió y tomó su cuaderno de notas. Escribió tres o cuatro renglones. Los cerámicos de la estufa rusa ya estaban fríos. Apuró lo que quedaba en el vaso y salió del cuarto.

jueves, 26 de noviembre de 2009

La piedra bezoar

En la posta churrasquearon temprano acompañados con aceitunas y vino rojo de Nueva California. Uno de los baquenos mencionó al viejo Pelantay, un rastreador que habían cruzado temprano, al principio de la jornada.

-Pelantay, dos o tres veces al año se emborracha, faja a la mujer y se va a la montaña -dijo uno de los baquenos.

-Ajah! -dijo otro- Es un curado de esos? Mierrr...

-Si, cuando el hijo cumpla catorce se van a ir juntos. Ahora sube solo. Arriba, una vez que el aire lo despabila empieza a rastrear guanaco. Guanaco viejo, rastrea. Vio? Gusta repetirse?

-Gracias, tiene demasiada manteca para mi gusto -dijo Chikhachev rechazando la segunda porción de pastaflora que le ofrecían-. Pero, por qué busca guanacos viejos? -preguntó con renovado espíritu científico.

-Porque son los que tienen la piedra grande en la vejiga, la piedra bezoar. Si uno la chupa, dicen, lo protege de los venenos. Y cura la culebrilla -dijo el baqueano- y la calentura Pero solo disfruta de su poder aquel que haya cazado el guanaco viejo. Dicen que si se la chupa hasta que se disuelva toda, sin que se le quiebre en la boca, uno se vuelve invisible. Pero no crea en estas ilusiones, Don Chica, solo se trata de una concreción calculosa que se encuentra en el estómago o en los intestinos de ciertos rumiantes. No tiene poder alguno. La magia no existe.

-Buenas noches -dijo Chikhachev buscando recostarse.

-Toma un cafecito antes? -le preguntó un baqueano.

-No -dijo Chikhachev con un tono raro.

martes, 24 de noviembre de 2009

Apuntes cromáticos de Chikhachev: amarillo

Vasily tomó el volumen de los Anales Patrióticos y comenzó a releer los párrafos que ya casi sabía de memoria. “Luego de dejar el poblado de Nueva California y tomar la huella hacia Wikigasta (ciudades, así llaman a estos caseríos los lugareños), la caravana se topa con una descomunal planicie desértica. Me informan que por lo común hacia el oeste se puede ver la cordillera, pero nubes de polvo flotando en el aire lo impiden. Al este se ubicaría un conjunto de ciénagas pobladas por indios que hilan los pastos duros, trabajan la caña y pescan cangrejos, pero tampoco podemos verlas. A esta altura, la travesía por la planicie se perfila monótona y previsible, el calor y el viento nos atormentan. Las mulas nos guían por bajadas de creciente que deben llevar agua cada dos o tres años. Nos preparamos para otra jornada opaca y olvidable. Sin embargo, superando las tierras de ramoneo del ganado montaraz, damos con un espectáculo cromático prodigioso. Estamos en noviembre, me explican los baqueanos y este es el mes de floración de la vegetación. Pichanilla/1, señala uno de mis compañeros ocasionales, tus-tus, agrega otro, algarrobo y quebracho, marca el de más allá. El punteo preciso indica brea, chañar y jarilla. Luego retamo, palán-palán, moye o molle, retortuño y garabato (x). El árido explota en amarillo”.

- Platon incluye especies cuyas flores no son amarillas e incluso agrega plantas de otras regiones, pero lo que atañe es el sentir que quedó en su memoria –lee en voz baja Vasily recorriendo con la yema de su dedo índice la nota indicada con (x) que alguien dejó con lápiz filoso al pie de página. Luego, continúa su lectura en silencio.
-
“Nada sería novedoso excepto por el hecho de que todas las flores que vemos son amarillas. El color nos acompaña de ahora en adelante, tapando hasta el verde de las mezquinas hojas xerofíticas, con sus matices que van del ámbar resinoso al limón de la cidra. Ya sumergido en esta marea monocroma, pienso que en la naturaleza este color solo abunda con tal longitud en los plantíos de girasol y en los últimos días de otoño de las plantas mediterráneas. Pronto olvidamos el pesimismo que nos dominó a la iniciación de la jornada. Me detengo aquí y allá para acopiar ramas y plantas completas para el herbario, las hojas de la prensa se me manchan con polen amarillo. Las cualidades tonales del panorama nos dominan y nadie habla. Dejamos avanzar las bestias de carga, ellas nos guían. Mi espíritu se convence de que nada puede romper la armonía acumulada en la materia, he aquí la prueba. Seguimos avanzando, el día se ejecuta sin que nos demos cuenta. Pronto se avizora la primera posta en el camino, el fuego la rodea”.

1/ En el anexo botánico se indica género, especie y nombre vulgar ordenado alfabéticamente.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Introducción a la obra de Chikhachev

Platon Alejandrovich Chikhachev fue un gran viajero de la Rusia zarista del siglo XVIII. Con apenas 20 años, decidió venir a conocer las maravillas del Nuevo Mundo. Visitó Norteamérica, Ecuador, Brasil, Chile y Argentina. No se sabe en qué período estuvo recorriendo la geografía de nuestro país, pero fruto de este viaje son sus dos trabajos publicados en los Anales Patrióticos de San Petersburgo en 1842 (VII, 12-145) y 1847 (XXI, 86-219) titulados "Viajes a través de las pampas de Buenos Aires" y "Notas del desierto: al pie de los Andes". La naturaleza intimista de estas crónicas se debe a que los escritos originales, plagados de anotaciones científicas, fueron robados a su regreso por un ladrón ocasional en un hotel de París. A causa de este latrocinio, Platon debió recurrir a su memoria para reescribir las impresiones de viaje para la Sociedad Imperial de Geografía. A diferencia de otros informes suyos, acá dejó traslucir una aguda capacidad de emoción ante la naturaleza y los pueblos que visitó, particularmente durante el relato de sus andanzas por el desierto andino.

Junto a la búsqueda desesperada de la Estrella Polar de este blog, iremos traduciendo algunas escenas pintorescas incluidas en estos artículos y también se hará mención a la influencia de su obra como explorador y naturalista en los círculos científicos y culturales de la época.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Grabaciones encontradas: Oscar Alemán

Mientras tanto, una grabación del mejor guitarrista del mundo. Velada danzante en el antiguo Club Social de Wikigasta, circa 1950.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Qué hacer?

El SUM estaba escasamente poblado. La pastaflora intacta en el centro de la mesa era síntoma de desánimo. La reunión se había convocado de improviso y no hubo tiempo de avisar a todo el pueblo.

-Demasiados personajes, -afirmó segura Ana C- ninguno termina de establecerse en el relato.

- No, el problema no es la cantidad de protagonistas, sino la calidad de las historias -sostuvo Andrés.

- Estoy de acuerdo con Andrés -dijo la Cameron-. Empezamos ordenados, con cierta lógica, pero después nos inclinamos por lo obvio o por el facilismo surrealista. También falta definir el estilo y el foco, muchachos, nos termina ganando el cotillón.

- Además ya nos llegan mails con improperios y mandatos de sacar del éter a algún personaje -murmuró Armando.

- A quién? A Mr Runey? -preguntó Ana C.

- Nono -dijo Armando- si se tratase de Mr. Runey, Ud. lo hubiese sabido antes que nosotros. Lo que tenemos que decidir es qué hacemos con la estructura de Wikigasta. A Ud que le parece, Dufín?

- Yo creo que es hora de dar un volantazo -dijo Dufín-. Volver a la idea original y como dice Ana C, hacer economía de personajes.

-OK, démonos unos días pare decidir si tamizamos la historia e intentamos volverla legítima-dijo Armando mientras todos se levantaban- o si decretamos el final anticipado del pueblo.

-Alguien se lleva la pastaflora? -preguntó la Cameron mirando de reojo el centro de la mesa. Cuando levantó la mirada notó que se había quedado sola en el SUM. Agarró la bandeja y salió a la calle. Al fondo, la luna formaba sombras con los cardones de la Sierra de Wikigasta.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Tractorazo

-"Zapolya atacó y dispersó a los campesinos; Dosza fue apresado y asado en un trono de hierro candente, sus propios hombres tuvieron que comerlo vivo; sólo bajo esta condición se les perdonó la vida. Los campesinos dispersos se rehicieron bajo el mando de Lorenzo y Hosza, pero sufrieron otra derrota y todos los que cayeron en manos de los enemigos fueron estacados o ahorcados. Millares de cadáveres de campesinos colgaban al lado de las carreteras y a la entrada de las aldeas quemadas. Se dice que fueron cerca de 60.000 los que cayeron en la lucha y más tarde en las matanzas. En la siguiente reunión de la Dieta la nobleza tuvo especial cuidado en hacer reconocer una vez más la esclavitud de los campesinos como ley básica del país"-leyó con lágrimas en los ojos Mariano-. Como pueden ver, compañeros, nos discriminaron en Europa y ahora nos discriminan acá. Pero no podemos perrrr-mi-tiiiir que nos sigan discriminando!!!! -gritó emocionado al coro raleado de aplausos del piquete- Y perdón que cite a Engels, compañeros, pero uso la misma literatura izquierdista con la que se alimenta este gobierno de zurditos que le roba a la patria. Queremos menos Engels y Laclau y más patria!!

-Y más Hugo Wast... -pidió un piquetero.

Desde el altoparlante montado en la Rastrojero de Mariano comenzó a escucharse la voz de Larralde entonando un aire sureño. "Precio pleno para las alcaparras!!" -gritó alguien por ahí- "Ladrones, dejen de hacer caja con las retenciones!!" -gritó otro.

-Compañeros..., compañeros...-siguió Mariano mientras hacía señas para que bajen la música- tento que contarles el final de la historia que estoy leyendo. En Europa estas luchas terminaron con el triunfo del campesinado. Y ahora hasta los subsidian. Se puede, se puede!!!- gritó esperando los aplausos.

-Pero para eso tuvieron que pasar unos cuatrocientos años -dijo en medio del silencio uno de los piqueteros- y yo quiero justicia ya! Somos la patria, carajo!!

-Eso! Eso! -dijo otro-. Alcaparras sin retenciones!!! Vayamos a cantarle la justa al Intentendente, sitiemos la Municipalidad!! Tractorazo ya!!

sábado, 14 de noviembre de 2009

Lecturas

"-¿Dispense? ¿Cómo que dispense?, pregunté con aliviado autoritarismo. Supongo que no te habrás dado por vencido luego de este intento. Porque este fue tu primer intento, ¿no es así?. Eres joven, pero tendrías que ir sabiendo que el deseo de una dama, en particular si se trata de “la” dama, tiene que ser satisfecho. Cueste lo que cueste.

- Bueno, pues… titubeo el hombrecito, sucede que no es sencillo conseguir ojos azules por estos lugares. Todos marrones, todos negros son… Y cuando lo vi a usted, pensé que, en fin…

- Y dime, el sujeto de la posada…

- No, no… me interrumpió excusándose. A él le sacó el ojo un gato blanco.

En ese momento una nube nuevamente liberó luz de luna y pude verlo mejor. Era casi un niño, granujiento y con tres o cuatro pelos en la barbilla. Me dio pena y decidí ayudarlo.

- Yo te podría hablar de practicidad, de pragmatismo, pero no entenderías, dije adoptando el tono de maestro con el que abusaba en mis clases de la preparatoria de San Diego. Nosotros sabemos que el camino más corto entre dos puntos es una línea recta. Y por ahí vamos. Ustedes, en cambio, a veces conocen a donde tienen que ir, pero no saben como llegar, se la pasan dando vueltas.

- Aja… dijo con ganas de irse.

- ¿Podrías conseguir dos bolsas pequeñas de arpillera? Necesitaremos un garrote también. ¿Será posible? Deje su machete nomás, guárdelo para la zafra y que no se le desafile, dije paternal y grave.

- Bolsas y garrote tengo, los quiere para…?

- Dijiste gato blanco, ¿no es así? Que un gato blanco le había arrancado un ojo al posadero. ¿Es esto correcto?

- Si señor, el animal de doña Encarnación. Tiene varios, todos blancos.

- Y dime, ¿recordarás de qué color tiene los ojos ese animal?

- No, no lo recuerdo.

- Bien! Eso quiere decir que no son rojos, porque sino lo recordarías. Los gatos albinos tienen los ojos rojos, los blancos, azules. El 95% de los gatos blancos tiene ojos azules, el albinismo es un carácter recesivo, así lo dice la ciencia genética. La bioestadística está de nuestro lado. ¿Doña Encarnación tendrá todos los gatos en su casa?

- Si, contesto con codicia esperanzada.

- ¿Y esta mujer vive sola?

- Es viuda, no tiene hijos. En su casa solo nos encontraremos con ella y sus gatos blancos.

- ¿Y ella cómo tiene el pelo? ¿atado? ¿corto?

- Creo que un tanto encanecido, no muy largo, sin ondas.

- Bueno, vayamos por los elementos entonces. Cuando encontremos un gato será fácil. Lo agarras y yo le pego un garrotazo en la cabeza. El cráneo de estos animales es frágil, hará presión sobre los globos oculares y saltarán los ojos. Con poco esfuerzo tendrás el ramillete de ojos para tu novia.

- ¿Y las bolsas de arpillera?, preguntó mientras caminábamos con paso decidido por el empedrado.

- Una es para ir guardando los ojos de los gatos, no creo que los puedas llevar en tu mano.

- ¿Y la otra bolsa?

- Para poner las orejas de Doña Encarnación- dije mostrándole esta sevillana. Mi mujer también es caprichosa, exigió que de regreso le lleve un recuerdo original."

La Cameron dejó el libro sobre la mesa de luz, apagó el velador y cerró sus ojos claros. Estaba empezando a cansarse del realismo mágico a la mexicana.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Búsqueda

- Lo que busco es eso -me dijo Armando sacando la mirada de la pastaflora-. Es la cosa. Es el soplido. Es la conjugación. Es el verbo. Es la sístole. Es la respuesta. Es la mirada. Es el reflejo. Es el jadeo. Es la lucidez. Es la llamada. Es el mensaje. Es la puerta. Lo que encuentro es el silencio. Es la pregunta. Es la diástole. Es lo que no está. Es el adjetivo. Es la tos. Es el soponcio. Es la duda. Es la espera. Es el cerco. Busco sujeto y encuentro predicado. Busco caballos y encuentro cerraduras. Busco agua y encuentro gusanos rabiosos.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Relato desordenado

Como lo haría con la contemplación de un atardecer, me gustaría describir la situación tal cual fue. No se si seré competente. En medio de la música natural del tornado, creí sentir que el flujo del canal que pasa al costado de los plátanos comenzó a ser turbulento. Diferentes gargantas entraron en resonancia con el viento y entonaron el mismo síncope. Sin perder eso fundamental que duraría mil años, la miraba derrotada de la Cameron se descascaraba. Seguímos tomados de la mano, no se cuánto tiempo. Alrededor caían ramas, pedazos de sillas y el aire se llevaba nuestras pérdidas. El atarceder ya estaba entre nosotros. La turbulencia por entonces era muestra de algo más primitivo, de eso que avisa. Los sonidos comenzaron a acallarse o empezamos a oir voces diferentes. Esas viejas voces que nos guían a la puerta que nunca abrimos, a la acequia cuyo borde nunca seguimos y a ese fin que siempre está presente pero que no alcanzamos. Nos sorprendió otro sonido. Eficaz y estridente. Era la bocina del Fiat Cinquecento de Ana C. Van para algún lado? -pregunta-. Todo esta perdido.

martes, 3 de noviembre de 2009

Nacimiento, muerte y resurección

La historia no da para mas. Un tanto por los avatares personales del narrador omnisciente y otro tanto por la fatalidad de su escasa imaginación. Así los hechos se precipitaron. El brindis de Mr. Runey por el éxito absoluto fue interrumpido por un mensaje de texto de Ana C: "Estta,mos enel orno ban a dAr lapeli enLA cjancha de ba9dminTon maniana x lanOche". Fucking wikigasteños dijo Mr. Runey estrellando la copa, ojalá diluvie. Temprano el sábado se preparó la cancha: sillas, sonido y expendio de pastaflora. El debate luego de la película iba a ser moderado por Dufín. Buena señal, hasta el mediodía no había ninguna nube arriba de la Sierra de Wikigasta. Eso sí, hacía mucho calor. Ese calor áspero cuya sequedad marchita la faringe y raspa los ojos. 43º a las dos de la tarde, está zondeando dijo el Intendente. Está zondeando dijo Ana C asomanod la cabeza por la ventana de su Fiat Cinquecento. Está zondeando dijo Armando agitando el mate para acomodar la yerba. Y todo el mundo sabe que el Zonda sereno siente nostalgia de la tempestad. Por eso un par de horas después lo sigue el Sur. Este es un huracán frio, espantoso y polvoriento que viene desde Nueva California. Se lleva todo lo que encuentra. En pocos minutos la temperatura bajó 25º y el cielo se cubrió de polvo. Comenzaron a volar las primeras sillas, al rato todas se arremolinaron en el sector de tribunas de la cancha de bádminton. A esa altura ya había desaparecido la pantalla. Tomé la mano de la Cameron y entre una lluvia de bolitas de plátano corrimos a refugiarnos de la pulsión destructora.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Todo fluye

Estamos en un ciclo de mucha nieve en la cordillera. Ya se nota el deshielo generoso. Dufín camina por el borde de la acequia en dirección a la Cameron. El agua en Wikigasta es mucho más que el fluído que sacia la sed, es el numen. Por eso acatamos los preceptos heredados de la Ciudad Sagrada de Carala y de Chavín de Huántar. Pero también nos sometemos al número mágico de Reynolds. El flujo es una lámina callada; como corresponde, no se escapa ningún sonido del agua.

-Sólo Ud. puede hacer algo -le dijo la Cameron al Intendente-. El pérfido Mr. Runey está manejando nuestras vidas. Ana C es su herramienta.

-Imposible. Recién el lunes puedo levantar la clausura del SUM. Irreductible al desaliento, el pueblo la acompaña. No afloje -murmuró poco convencido Andrés, el viejo intendente.

La Cameron bajó la mirada. De nuevo tuvo esa sensación desmesurada. Esa que le daba cuando sentía que toda la belleza del desierto descansaba sobre un estrato traslúcido de horror. Se sobresaltó con la mano que Dufín apoyó en su hombro.

-Cameron, Ana C tuvo una buena idea. La película se puede dar el sábado por la noche en la cancha de bádminton.

-Ana C dijo eso? -preguntó extrañanda la Cameron.

-Si -dijo Dufín- a veces la gente no es lo que parece.

jueves, 29 de octubre de 2009

Tormenta?

Dos vueltas mas de llave de lo que corresponde en la compuerta de la toma de agua para riego durantes ocho horas, tres kilos de alcaparras. Tres vueltas de más, cuatro kilos. Tres vueltas de más doce horas, una pata de jamón. Los datos del mercado negro del agua para riego se los había dado el único tomero que pareciera no entrar en estos negociados con los chacareros. Dufín venía desde el partidor principal pensando en lo difícil que sería darle un corte a la corruptela en la Oficina de Hidráulica cuando prestó atención a la conversación de alguien que estaba detrás de la cortina de plátanos.

-Está todo solucionado, Mr. Runey –dijo la voz- (...) Si, clausuraron el local (...) Si, si, Mr. Runey (...) Definitivamente, Mr Runey, definitivamente (...) El único lugar disponible es la cancha de bádminton, Mr. Runey (...) De noche, bajo el cielo estrellado (...) No, mañana, Mr Runey, hoy ya es tarde para cambiar el programa (...) No se preocupe, jamás se le ocurriría esta idea al pobrecito de Armando, Mr. Runey, tiene la cabeza solo en la guitarra (...) OK, lo mantendré informado, pero de por concluído este mal momento, Mr. Runey, hasta luego, Mr. Runey, hasta luego.

- Ooops! –dijo Ana C cuando casi se choca con Dufín- Cómo está Ing. Gordini, todo bien?.

- Sep –respondió Dufín- Y Ud?

- Todo bien, apurada por llegar a casa. Hasta luego.

Dufín saludó, se olvidó del incidente y siguió su camino. Hasta no hace mucho todo era más o menos tranquilo para él en Wikigasta. Pero ahora sentía una tensión áspera, incómoda, que le hacía presagiar tormenta. Miró el agua cristalina que circulaba por la acequia y siguió el cauce con la vista. Allá lejos, después del sifón, creyó reconocer a la Cameron. No estaba sola.

martes, 27 de octubre de 2009

Disputa y tormento

Trekking, culturas originarias, huerta orgánica y origamis. Además, la Cameron es foránea, cocina bien y mantiene las curvas y el buen humor, suma de atributos que la consolida definitivamente en el Top Five de las cuarentonas de Wikigasta. Llegó hace unos cinco años y compró la chacra en donde vive: diez hectáreas con derecho de riego. Recicló la tapera. La llenó de llamadores de ángeles, sahumerios de algarroba y frascos de especias. Ahí nomás se produjo el boom de la alcaparra transgénica inducido por la infinita demanda china. La renta de la tierra se fue por las nubes y comenzaron las presiones inmobiliarias para que venda, arriende o lo que sea; más que por el suelo, por el agua. Creó la ONG ambientalista Mil Gruyas la cual, por ahora, es ella misma.

- Clausuran el SUM –dijo mirando a Armando-. Ana C denunció en la Cymat del Municipio que los matafuegos están vencidos. Dijo al Intendente que en las ciudades avanzadas esto no se permitiría y que a ella la mueve el ejercicio de la ciudadanía. Los bomberos ya están poniendo las fajas en la puerta.

- A esta hora no vamos a poder levantar la clausura y mañana es sábado. El lunes se llevan la película para pasarla en Nueva California.

- Tenemos que conseguir otro lugar -dijo la Cameron-. Qué tal la cancha de badminton?

- Esta al aire libre, Cameron, cómo la vamos a oscurecer?

Ella sabía que hasta en Wikigasta la sustancia de la quimera implica disputa y tormento, anocheceres de desesperanza y lágrimas de capitulaciones eventuales. Vi como cerró su puño sobre el origami que llevaba en su mano derecha hasta convertirlo en bollo irreconocible. Eso que nunca había visto atravesó su mirada.

domingo, 25 de octubre de 2009

Octavas cromáticas

Pido permiso y agarro una porción de pastaflora. Armando afina la sexta cuerda en mi Bemol y comienza una escala. La inmovilidad de Wikigasta es mi convicción. Aquí me enseñaron que como todo lo que es tiene principio, entonces lo que no es no lo tiene y no puede ser. Sin embargo, por estos días percibo un sutil ataque a la percepción de los sentidos. Dudo y me animo a preguntar si algo comienza a cambiar en el pueblo.

-Para la mano izquierda, octavas cromáticas-dice Armando.

-Cómo? -Pregunto después de tragar el último bocado de pastaflora.

-Para calentar la mano izquierda, octavas cromáticas. Lo dice Leo Brouwer.

-Quién es?

-Fui adepto a su técnica, pero no conservo las enseñanzas recibidas. Años atrás... -Armando no puede terminar su frase. Se escucha un portazo en el pasillo. Vemos a la Cameron entrar con su mirada de furia.

viernes, 23 de octubre de 2009

Calidad institucional

-No me consultaron acerca del cambio -dijo levantando la voz Ana C- Nunca lo hubiese consentido. En este pueblo no hay previsibilidad, las instituciones no son creíbles, así nunca van a venir inversores de otro lugar.

-Oiga, Sra, es solo una leve modificación de programa. La otra la damos el sábado que viene y listo -dijo Armando.

-No es eso. Ud. sabe que la empresa financia el programa cultural de Wikigasta. Y el programa, escuchó, no?, dije "el programa", o sea, lo programado y acordado entre ustedes y nosotros con título, día y hora se fijó en marzo. Y ahora vienen con cambios? Dónde está la seriedad? Esta la calidad institucional que se pretende sostener en este pueblo?. Esto en Buenos Aires no pasa. Y así estamos acá, eh! Así estamos!

-Disculpe, la propuesta la hizo la gente de la ONG y a los del SUM nos pareció bien un poco de cine debate.

-Cine debate?? Qué van a debatir?? Se puede debatir algo en este pueblo? Hay ideas? Hay signos de vida inteligente en Wikigasta?

-No sé, la Cameron está organizado todo -dijo Armando mientras arreglaba el mate.

-Esa narodnik ingenua. Debería haberse quedado en su departamentito de Palermo y seguir alimentando los gatos del Botánico -gruñó Ana C. Dio media vuelta y se fue.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Fuga

Tomo otro mate mientras a mi lado resuenan los ritmos opuestos de Ana C y Armando. A veces me gustaría irme de Wikigasta. O al menos dejar esta impasibilidad observadora por unos días, ir hasta el confín del desierto y cambiar de atmósfera. Reconocer la trama barroca de la lluvia y que la humedad nuevamente me cale los huesos. Pero sigo acá, buscando decodificar algo que todavía no se qué es. Ladra un perro y me rescata. Todo lo que pensaba quedó olvidado, empiezo a prestar atención al diálogo.

martes, 20 de octubre de 2009

Cine debate

Armando es músico y está a cargo del SUM. Primera guitarra solista de “Los de Famacoa”, animadores de todo asado, evento municipal y fiesta popular que se precie. El conjunto fue tentando para ir al Selectivo Pre-Cosquín 2002, pero se rechazó el convite ante la turbidez de la presencia de Julio Mahárbiz. Dicen que cuando era chico estudió teoría y solfeo, nos consta. Se lo puede ver bajo la pérgola de la pensión afinando la vigüela o tomando mate.

-Se enteró?. El sábado damos la película de Pino Solanas en el SUM.

-Cuál, “El exilio de Gardel”? –pregunto mientras le recibo un mate.

-No, una nueva. Parece que es sobre la minería en la Cordillera. Ojo que el mate está medio caliente. Son los de la ONG los que la traen, parece en esta se amigaron con los chacareros y juntos presionaron al Intendente.

-O sea que no dan la de Monty Phyton?

-No, tal vez en un par de semanas –dice mirando hacia el pasillo.

-Buenas tardes –escucho a mis espaldas-. Cómo le va Armando? Vengo por lo del sábado. Quién autorizó el cambio? –preguntó Ana C, con su mejor tono de maestra ciruela.

domingo, 18 de octubre de 2009

Zenón

Llegar no me cuesta nada. La plaza se siente un poco más fresca. Está repleta de plátanos, podría ser algún otro árbol? La Oficina de Hidráulica está cerrada, el SUM también. El Palacio Municipal, tapiado hasta que afloje el calor. Solo el cyber da señales de vida. El chacarero que duerme en el Rastrojero es Mariano, no lo había reconocido. Se despierta cuando llego. Va al piquete? -me pregunta ahí nomás-, a las cuatro nos juntamos en la huella que va a la minera. Pero son las cinco y media -le digo. Sisi, ya sé, pero estoy esperando que abra García para pedirle unas cubiertas usadas, a nosotros ya no nos quedaron para quemar en la ruta. Va a tener que esperar un buen rato -le digo mientras sigo mi camino.

Llego a la pensión La Criollita. Hace ocho meses que estoy parando en este lugar. Podrían ser cinco o diez años, da lo mismo. Todavía no entiendo cómo es esto del tiempo en Wikigasta. A veces pienso que acá el devenir no es, que el tránsito de lo que está hacia otro cosa es solo potencia, que no hay movimiento. Sin embargo, hay una historia local y, entiendo, un futuro. Aunque a veces este último me parece que se evapora. Entro y lo encuentro a Armando tomando mate bajo la pérgola, es otro de los que no duerme siesta. Saludo y me siento enfrente.

viernes, 16 de octubre de 2009

El pueblo

Después de andar tres días, uno llega a Wikigasta, pueblo polvoriento, en el que una retícula acuática marca el espacio. Los canales se entrecruzan, definene los recorridos posibles y los límites políticos. Llevan agua que permite el verde, la vida social y eso. No hay calles tortuosas, todo es plano, recto y previsible. A veces viene el viento que baja de la montaña, seco y caliente.

En la sombra del chañar está Armando, masticando una ramita de ajenjo. Al lado y apoyado contra el tronco, Dufín, elogiando el sueño. Allá, en el Rastrojero estacionado en la plaza, un chacarero esperando que abra el boliche de García. Es verano y es la siesta en Wikigasta. No vuela una mosca, el aire es pesado y aplasta hasta las gallinas. El paisaje no se mueve; pero es increíble, me levanto de la silla y mis movimientos son fáciles. Miro el reflejo del sol en el agua que corre por la acequia y encaro hacia la plaza.

viernes, 9 de octubre de 2009

Prueba: primera entrada.

Buscar y saber quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio. ITALO CALVINO