martes, 24 de noviembre de 2009

Apuntes cromáticos de Chikhachev: amarillo

Vasily tomó el volumen de los Anales Patrióticos y comenzó a releer los párrafos que ya casi sabía de memoria. “Luego de dejar el poblado de Nueva California y tomar la huella hacia Wikigasta (ciudades, así llaman a estos caseríos los lugareños), la caravana se topa con una descomunal planicie desértica. Me informan que por lo común hacia el oeste se puede ver la cordillera, pero nubes de polvo flotando en el aire lo impiden. Al este se ubicaría un conjunto de ciénagas pobladas por indios que hilan los pastos duros, trabajan la caña y pescan cangrejos, pero tampoco podemos verlas. A esta altura, la travesía por la planicie se perfila monótona y previsible, el calor y el viento nos atormentan. Las mulas nos guían por bajadas de creciente que deben llevar agua cada dos o tres años. Nos preparamos para otra jornada opaca y olvidable. Sin embargo, superando las tierras de ramoneo del ganado montaraz, damos con un espectáculo cromático prodigioso. Estamos en noviembre, me explican los baqueanos y este es el mes de floración de la vegetación. Pichanilla/1, señala uno de mis compañeros ocasionales, tus-tus, agrega otro, algarrobo y quebracho, marca el de más allá. El punteo preciso indica brea, chañar y jarilla. Luego retamo, palán-palán, moye o molle, retortuño y garabato (x). El árido explota en amarillo”.

- Platon incluye especies cuyas flores no son amarillas e incluso agrega plantas de otras regiones, pero lo que atañe es el sentir que quedó en su memoria –lee en voz baja Vasily recorriendo con la yema de su dedo índice la nota indicada con (x) que alguien dejó con lápiz filoso al pie de página. Luego, continúa su lectura en silencio.
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“Nada sería novedoso excepto por el hecho de que todas las flores que vemos son amarillas. El color nos acompaña de ahora en adelante, tapando hasta el verde de las mezquinas hojas xerofíticas, con sus matices que van del ámbar resinoso al limón de la cidra. Ya sumergido en esta marea monocroma, pienso que en la naturaleza este color solo abunda con tal longitud en los plantíos de girasol y en los últimos días de otoño de las plantas mediterráneas. Pronto olvidamos el pesimismo que nos dominó a la iniciación de la jornada. Me detengo aquí y allá para acopiar ramas y plantas completas para el herbario, las hojas de la prensa se me manchan con polen amarillo. Las cualidades tonales del panorama nos dominan y nadie habla. Dejamos avanzar las bestias de carga, ellas nos guían. Mi espíritu se convence de que nada puede romper la armonía acumulada en la materia, he aquí la prueba. Seguimos avanzando, el día se ejecuta sin que nos demos cuenta. Pronto se avizora la primera posta en el camino, el fuego la rodea”.

1/ En el anexo botánico se indica género, especie y nombre vulgar ordenado alfabéticamente.

4 comentarios:

  1. Chikhachev, claro, no contaria con una teoría del color o habría leído una teoría del color tan volada como la de Goethe. No sabría de los ultravioletas, de que las flores piensan en los insectos y no en los botánicos y de que su espectáculo es para ser visto en longitudes de onda que escapan al espectro del ojo humano. ¿porque no se esfuerza la flor amarillos limón en diferenciarse más de la ámbar? habrá pensado nuestro sabio.

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  2. Y los girasoles piensan en Van Gogh mientras son semilla!
    Pero Goethe no estaba tan volado, parece. Existe un elemento subjetivo en la percepción del color, al final del camino...Hay un cuadro de Turner inspirado en la teoría del color de Goethe muy bello.
    A por qué color vamos ahora?

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  3. Estimados U y Laura, creo que don Chica no tenía ni idea de la existencia de una teoría del color. A medida que voy leyendo su obra, tengo la impresión que el ruso era un científico medio chanta (mitad chanta, mitad científico).

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  4. Chicos, por favor, pongan el autor de la foto. La sacaron de http://www.panoramio.com/photo/5359579 y su dueño es segundosombra.

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