-Mr. Runey no es mala persona, es economista –dijo la Cameron-. Además, es el gerente de una multinacional. Por lo tanto, no puede romper con la ortodoxia de su disciplina ni con la subordinación al Gerente para Latinoamérica de la Star Gold Inc.
-Uno lo escucha y se da cuenta que está condenado a meter en sus cosas cotidiananas al humor de los accionistas, a la tendencia del precio internacional del oro y a las noticias de la CNN. Para colmo tiene que leer y hacer saber que lee esos diaruchos que son todos iguales, protestar contra la voracidad fiscal del Municipio y pedir flexibilidad laboral. Se da cuenta lo que significa esto? –preguntó Armando- Hasta a veces está obligado a exclamar “qué barbaridad!” cuando se topa con tres o cuatro pobres juntos...
-El tipo es así. Considera a la economía como una herramienta ajena a la política y a la sociedad en la que vive. Por eso no nos va a dar agua –sostuvo la Cameron mientras abría la puerta-. En definitiva, Mr. Runey no puede sorprendernos. No puede sorprender a nadie, esa es su maldición eterna.
-Buenas tardes –dijo la recepcionista- Ustedes son los que pidieron audiencia con el gerente?
viernes, 8 de enero de 2010
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No afloje, Cameron! No se deje engañar! El tipo es un chupasangre (o un chupaagua, como le guste)! Vamos, peleele el agua! es justo su reclamo!
ResponderEliminarY además, no leyó a Marx, je
ResponderEliminarUd sabe, Laura, "agua que no has de beber..." Pero, será siempre así?
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