martes, 2 de noviembre de 2010

Sabés quién viene a cenar?

Como siempre, ellos y las mulas partieron temprano. El cerrillo amagaba rebalsarse de nubes y decidieron rodearlo por el camino de la ciénaga. Crenchudo leyó esto como si fuese el presagio de haber tomado una decisión venenosa, pero no dijo nada. Chikhachev cada tanto se paraba sobre los estribos de la montura y estiraba el cuello, dando un vistazo hacia el horizonte. Lo que buscaba no aparecía.

-Es necesario hacer la taxonomía de los cangrejos laguneros, los vi en un puesto de venta de pescado en Nueva California y le puedo asegurar que son de una especie nueva. Este descubrimiento va a mejorar mi relación con la Sociedad Científica de San Petersburgo y, además, podré publicar en la próxima edición de los Anales.

Crenchudo no contestó. Iba siguiendo con la vista una pequeña nube de polvo que se les acercaba.

-Viene de Wikigasta –dijo.

-Quién? –preguntó Chikhachev.

-Aquel jinete. Viaja rápido, muy rápido.

Lo esperaron y cuando estuvo a unos quinientos metros Crenchudo palideció.

-Mensaje de texto, no? –afirmó con ironía Chikhachev- “A dónde estás?”, “A qué hora venís”, su mujer no lo deja vivir amigo... O era su suegra?.

Ya era fácil distinguir al mensajero en el medio del tierral. A los pocos segundos se bajó del caballo y corriendo se acercó a ellos. Crenchudo estaba petrificado.

-Mensaje de texto –dijo el mensajero estirando su mano con el tubito de arcilla.
Crenchudo dio un paso adelante. Fucking mensajeros, pensó.

-Nono –dijo el mensajero- es para el doctor. Chikhachev quebró el tubo y leyó el mensaje sin pestañear.

-Masha y el Primo Andrey están en Nueva California. Mañana salen rumbo a Wikigasta. Rápido, hacia las lagunas!

La naturaleza escandalosa que impulsaba algunas decisiones estaba a la vista del desierto y Chikhachev parecía estar dispuesto a darse coraje a costa de su propio ser. Crenchudo suspiró, aliviado.

7 comentarios:

  1. El relato està bien llevado.

    Pero Orlando, es muy hermetico!

    espero una continuaciòn.

    Un abrazo.

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  2. Mire, créame, acá lo único hermético es mi billetera.

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  3. No, Olga no. Ya lo dice el refrán popular: "Tres rusos en un plato, hacen muchos garabatos". Se imagina lo que sería con cuatro rusos?

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  4. Me imagino, arameas ellos tiene esa costumbre e ser «Cada uno seria infeliz a su manera…»

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  5. Taxonomía del cangrejo lagunero.....Ja!
    Hombres necios que abusáis de la razón, sin mujer, sin ver que sois los culpables de lo mismo que negáis...
    Como diría mi tía Juana: Rajá pa la laguna que viene la Masha!

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  6. Flenning, algo así, creo, pero no le entiendo, creo...

    Laura, por aquella época los académicos ya padecían el "publish or perish". O cree que la expedición en búsqueda del cangrejo lagunero tiene otros motivos?

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