martes, 9 de marzo de 2010
Diseño de interiores
Quiero que llueva, dice Martina. Llover en el desierto, dice Chikhachev. Llover en el desierto con sonidos desconocidos, dice Martina. El sonido del alfabeto de la lluvia se conoce tocando su rosario de gotas, dice Chikhachev. El sonido del alfabeto de todo contacto se aprende tocando, dice Martina. El sonido de todo alfabeto se aprende cuando se tiene que aprender, dice Chikhachev. Es decir, a la hora de la herejía, dice Martina. Es decir, a la hora de la herejía inevitable, dice Chikhachev. La herejía de toda visita a la ciudad prohibida, dice Martina. La herejía de toda visita a..., dice Chikhachev y se detiene, erizado. Como si se tratase de artículos en la vidriera de un bazar en liquidación, siente que una multitud le manotea las joyas más preciadas de su interior. Gracias a la luz de la fogata pero tarde, demasiado tarde, en ese momento comprende que la mirada flamígera de Martina es capaz de atravesar la quijada de una montaña. Como parte del descubrimiento, escucha torear a un perro a lo lejos. El desierto diseña interiores.
Etiquetas:
Chikhachev,
Martina,
zEstado: aprendiendo
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Me pregunto cómo serán los sonidos del desierto a partir de su texto Don René. Y sólo me imagino un viento soplando soledad. Soy todo ojos para saber de más datos.
ResponderEliminarSalute.
ay ay ay el agua en Wikigasta! ahora el desierto dentro de Chikhachev espera también esa agua.A Chikha no le queda mas que aprender-
ResponderEliminarAbrazo
Las palabras, aunque se detenga, ya no le pertenecen a don Chikha. Están en el aire del desierto, buscando bezoar (que ya no es piedra)
ResponderEliminar"El desierto diseña interiores" el aroma de estas palabras me han llevado directo a mis lecturas de la secundaria, recuerdo La Cautiva de Echeverría y todo esa descripción del desierto que me había deslumbrado.
ResponderEliminarMe cautivan este desierto y Chikhachev y Martina y todos...
Juliancito, haré lo posible por darle más datos. Saludos.
ResponderEliminarPaluchax, insisto, Ud siempre tiene razón. Un abrazo.
Laura, a don Chica lo único que le pertenece es eso que va aprendiendo.
Mujerdeole, en la Secundaria nos tocó El matadero. El profesor se salteó La cautiva. Adónde habrá quedado ese librito de Editorial Kapeluz? Saludos!